miércoles, 14 de marzo de 2012

COBARDÍA CRÓNICA...


A veces hacemos cosas que escapan a nuestro propio sentido; estoy acostumbrada a dar sin recibir nada a cambio y las pocas veces que recibo, siento una extraña sensación, no es rechazo es falta de costumbre, una falta de costumbre que me hace paralizarme y no saber cómo responder…Hubo un hecho en vida, que me la quitó, me quitó la vida y me quitó la cordura, no es que esté loca, no es una locura diagnosticable, es una locura del alma, que me hace inconscientemente no querer salir de ese horror que una vez sufrí…por eso desde que fallecí en vida, sigo aparentemente viva, pero muerta en la realidad, en mi realidad, porque jamás mi vida volvió a ser la que una vez fue, porque jamás me ha vuelto a salir nada bien, quizás provocado por mi misma, por la incapacidad de superar un hecho superable objetivamente, pero insuperable en mi subjetividad…Recurro siempre a el atiborre de pastillas, me encanta perder la visión lúcida de las cosas, y que mi pensamiento a veces demasiado lúcido se torne nebuloso e irracional; y entonces, me tumbo sobre el precipicio del edificio sobre el que siempre me tumbo, todas las veces en las que pienso en acabar con mi no vida…ese precipicio del cual nunca me atrevo a saltar, una cobardía repugnante, que camuflo con drogas legales mezcladas con alcohol, pensando que así esa cobardía desaparecerá y algún día tendré las agallas de saltar y explosionar contra el frío suelo que me llama, todas las noches…Camuflo mi cobardía, con mentiras o medias verdades, solo para alcanzar equivocadamente la vida que una vez tuve, una vida  normal y a ratos feliz…esa vida que jamás volveré a tener, por la incapacidad de superar un dolor, una úlcera crónica en lo más negro de mi alma…y me capuzo en libros y en música, y me empapo de palabras y canciones…lo hago para distraer mi mente que algunos confunden con enferma, pero que no es enfermedad, es mi mente sangrante fruto de mi herida purulenta que es mi propia existencia…A veces las palabras y las canciones me sirven de desinfectante mental, otras veces ni las palabras, ni las canciones, ni mis dibujos…nada, nada me sirve, soy una cobarde atormentada, acomplejada con una exquisito gusto literario y musical, al cual recurro por pura cobardía.

1 comentario:

  1. Pocas veces me he podido reconocer en otro. Infinitas gracias por escribir y producirle a otra un breve respiro.

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