martes, 20 de diciembre de 2011

MIEDO Y ASCO ASÍ, EN GENERAL...


  Me sorprendo a mi misma de los absolutos e impecables buenos modales que tengo…poseo un saber estar fuera de lo común, esto es así, soy una persona educada, correcta en todo momento, agradable e incluso tendente a la sonrisa…por otro lado basta con mirarme a los ojos, para saber si ese retraimiento, ese mantenerme callada, es real o no, mis ganas de matar salen por mis cristalinos ojos, y muchas veces fantaseo con mi revolver imaginario, con el cual comienzo a reventar cabezas a golpe de tiro…Es entonces cuando me refugio en los aseos de los sitios, en los aseos de los sitios es donde normalmente me lo paso mejor, o al menos mi ganas de matar se mantienen a raya; en el último aseo en el que estuve, había un cuarto oscuro de la intelectualidad, en el cual deberían haberme prohibido pasar ya que no me considero en lo más mínimo intelectual, sin embargo allí me vi, sentada en una mesa redonda y pequeña me sentía más pequeña que nunca, desubicada…a mi lado Samuel Peckinpah, el cual me dijo que Montana, Morrison y Presley le habían hablado de mi, cosa que me halagó sobremanera; me quedé muda siempre me quedo muda en los momentos en los que no debo hacerlo,  además era la primera vez que se me aparecía Sam, me gustó porque aunque yo permanecía callada, él no paraba de contarme historias maravillosas y violentas todas ellas…
  De repente entra un tipo con gafas de sol, un cigarrillo en la boca y revolver en mano…me costaba entenderlo, hablaba muy rápido, se me acerca me señala con la punta del revolver y me dice que le sueno, se sienta a mi lado…era Hunter! Hunter Stockton Thompson…me echó el brazo por el hombro sin soltar la pistola, y me dijo que me entendía a la perfección, que él jamás había sido capaz de mantenerse callado, como yo hago siempre…que le gustaba mi imaginaria manera de hacer desaparecer a la gente molesta, les disparo  desaparecen a mis ojos aunque no a los ojos de los demás…También estaba por allí Buñuel con las manos llenas de hormigas, me dijo eso que en mi imaginación podía matar, juzgar y hacer absolutamente lo que quisiera que allí era el único sitio donde podía sentirme totalmente libre, y aquí estoy…con Lord Byron mirando lo que escribo, que dice que es una mierda todo, y que solo cito nombres de gente que me gusta, sin fuste alguno, que no existe conexión, que solo hay caos…efectivamente no existe conexión y solo hay caos, por lo tanto creo que soy bastante más lógica de lo que pensaba…Mientras tanto y como acompañamiento suenan la voz de Jim Morrison (muy típico, lo sé),,,y como diría mi querido Álex…Que paz, que paz celestial, era la suntuosidad y la untuosidad hechas carne, como un pájaro de un raro metal celeste o como un vino de plata fluyendo en una nave espacial. La ley de la gravedad ya no cuenta para nada, mientras escuchaba, vi imágenes maravillosas…

sábado, 17 de diciembre de 2011

LA LEYENDA DE LA INDOMABLE...


Salgo de mi lúgubre cueva a hacer un poco de vida social, acompañada por un muy buen amigo nos dirigimos a la inauguración del que se supone el antro más cool de la provincia…Una convención de modernos especialmente ataviados para la ocasión…Con mis ojos puestos en el suelo bailo algo y hasta me cruzo con algún buen amigo (los ojos mirando al suelo son el síntoma de mi autoestima corroída por el ácido pestilente humanoide que escupen cierto tipo de personas o antipersonas, porque hay personas antipersonas, como las minas) A los pocos minutos de entrar, comienzo a oler la perversión, el vicio, la envidia, la hipocresía, la podredumbre…la falsedad, con su potente olor a amoniaco caducado…se huele a mierda y no porque el WC se haya enfangado a la media hora de la apertura…pura mierda, mierda humana…A la hora me dejo absorber y yo también termino adquiriendo ese hedor infame…huelo, huelo a vicio, a perversión, a hipocresía…
Y yo sin ganas de que se me acercara nadie, justo se me acerca el tipo que se supone más guay, diseñador del antro o algo así, con su pelo precioso, su ropa vintage y sus aires de grandeza, y con su  séquito de acólitos sin personalidad alguna…me escoge a mi, a la menos cool, me sujeta la mano y me lleva hacia una habitación secreta, voy drogada y borracha…hace dos años me habría dejado llevar, ahora este tipo de situaciones me incomodan…entonces me besa, me dice lo mucho que le pongo y las ganas que tiene de tocarme cada vez que me ve bailando…le pregunto que por qué me arrincona y por qué nos escondemos…con lo bonita y maravillosa que es la manera en que se besan dos personas cuando se gustan entre una marabunta de gente, haciendo que el lugar sea solo de ellos dos a pesar  de estar rodeados de miles de personas…él me contesta que no puede que su novia está allí, pero que yo le pongo más; qué asco la historia de siempre, la misma mierda…entonces le digo que no me gusta cómo huele, que huele mal y me despido…se cabrea claro, pero me importa bien poco…Salgo a la calle busco mi teléfono, está sonando miro a la pantalla: Paul Newman llamando…”Nena, sal de ahí vente a casa nos fumamos un cigarrillo y nos reímos del mundo, te envío un taxi en cinco minutos”…me vuelvo a casa, el taxista es un tal Dale Cooper muy repeinado en cuyo taxi suena Angelo Badalamenti…Qué bien se huele a caramelo o algo dulce si, a pastel de arándanos…cruzo una cortina de terciopelo rojo y sigo bailando ya en casa, con Paul…

miércoles, 14 de diciembre de 2011

NON JE NE REGRETTE RIEN...


Como es costumbre salgo a caminar sola por las oscuras carreteras sin asfaltar de mi mente…de nuevo está todo oscuro, tanto que camino con los brazos estirados, y con el miedo apoyado en mi hombro…clavándome sus afiladas garras,  procurándome dolor para que no me olvide de su perenne presencia, parezco la pirata del miedo, la pirata del horror…De pronto el aire se torna espeso, nublado, denso como si me hubiera adentrado en un cuadro de Leonardo…escucho un suspiro, casi agonizante…Se trata de un chico robusto, con los brazos grandes y torneados, y de manos muy ásperas…lo veo empujando una enorme piedra, le ofrezco mi ayuda, la rechaza triste y enfadado…pobre Sísifo, no sabe cómo  lo entiendo, aunque mi piedra no sea grande y pesada, lo es de otra manera aquello que no pesa pero que te arrolla y te chafa como una mísera mosca…Me cruzo con Charles, aunque a él le gusta más que lo llame por su solemne apellido: Baudelaire, va con alguien, no sabría decir si hombre o mujer, pero era un ser pálido, pálido como un vampiro…los ojos de Charles siempre me han dado miedo, así que no miro y no le digo nada…él pasa por mi lado y me pisa, y se me escapa un: ¡maldito!, siempre intenta hacerme enojar, le pasa a muchos…Después de estar largo rato sin cruzarme con nadie, me meto en un antro, oscuro y siniestro pero con buena música, Tom Waits se podía distinguir entre el griterío de la gente drogada y bebida…me voy a pedir una copa y en la barra veo a Sísifo, resulta que Bukowski se lo ha llevado de juerga, y han dejado la roca gigante aparcada un rato…van con tres putas muy jóvenes y muy guapas, quizás demasiado jóvenes, pero en fin después de estar infinidad de siglos empujando una piedra para que se vuelva a caer, tampoco está mal que descanse el muchacho…total la piedra le espera ahí fuera, asi que…Me despierto y recuerdo que me he dejado la funda de la máquina de escribir en casa de Marcel, y me dispongo a ir a recogerla y rápido que este seguro que me la vende o algo raro…me miro al espejo y me doy cuenta de que en el fervor de la noche me he depilado las cejas como Edith Piaf o como Bowie, vamos que no tengo cejas, espero recuperarlas porque la funda de la máquina de escribir me temo que la voy a perder ya…pero bueno no pasa nada…Mis tristezas, mis placeres, no los necesito más, barridos los amores, con sus trémolos, barridas para siempre, parto de cero…non, rien de rien, non, je ne regrette rien…