viernes, 27 de enero de 2012
MAMÁ SUICIDA...
Ayer soñé que hacíamos el amor como dos bestias salvajes, nos abrazábamos tan fuerte, que nos atravesábamos mutuamente y nos caíamos al suelo con los brazos vacíos de espaldas el uno del otro y así nuestras miradas volvían a encontrarse y nos volvíamos a abrazar, y nos fundíamos en un beso como se funde el queso de los bocadillos que me hago los domingos por la tarde de resaca…con tanta intensidad que parecía que nos quisiésemos devorar el uno al otro…y qué es hacer el amor, sino el acto de intentar convertirse en uno, de intentar buscar en otra persona lo que te hace cojear…y mientras hacíamos el amor salvajemente, sonaba uno de esos discos que yo te había grabado para el coche, con el que seguramente te habías follado (que no hecho el amor), a diferentes féminas vacías de abrasivo amor, como es el mío…y mientras escuchábamos aquella caótica mezcolanza musical, que yo había elegido sin ningún tipo de criterio, más que la aleatoriedad de mi buen gusto musical…cada canción se me iba clavando como una puñalada en los intestinos, cada Jim Morrison, cada Lou Reed, cada Jimi Hendrix, cada Janis, cada Pattie, cada Leonard Cohen, cada Tom Waits, cada MC5…Y así a los nueve meses, parí con el dolor más animal y bestia que jamás pueda nadie imaginar, a mi hija: Incertidumbre, mi hija sin padre, porque tu eres su padre, pero también lo es Jim o Cave, mi hija que me acompaña, y se me agarra de la mano, me la aprieta, cuando me olvido de ella, me grita para reclamar mi atención, y llora desconsolada cuando me ve sonriente, para que no me olvide de su existencia; la que me pone la pistola en la mano cuando tengo ganas de morirme, todas las noches…la que me recuerda que solo estamos ella y yo, en nuestra pequeña y fría habitación, la que cierra con llave mi puerta, para no dejar que nadie pase a rescatarme de esta desdicha, la que me raya los discos para que no pueda escucharlos y no busque consuelo en ellos, sus incontables padres…la que me ata a la cama para que me cueste levantarme. Me dejasteis embarazada de esta niña horrible llamada Incertidumbre y ahora no me puedo deshacer de ella, a menos que ella un día quiera.
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